sábado, 7 de julio de 2012

Entonces no era la distancia lo que nos separaba.






Estuve esperando cuatro meses este dia, cientos de kiolmetros, miles de obstaculos, victoriosa miraba el reloj; cada segundo era una batalla ganada, gane millones. Los aeropuertos siempre me fueron indiferentes, sillas vacias, despedidas, la baldoza blanca, cuantos pasos hacia la soledad se dieron allí, sentimientos que nunca fueron dichos, pájaros sin alas, tierra sin lombrices, silencio lleno de gritos.
 Nos arrancaron los sueños y les gustaba observarnos, dos personas que se aman separados por cientos de kilómetros, promesas que ella recuerda con la misma facilidad con la que el las olvida, reconoce con facilidad el dolor que él le causa, el vació que tanto odia se apodera de ella, inundado por "esta sera la ultima vez".
Él no se equivoca, no engaña no miente, simplemente no le importa, le gusta creer que duele menos el desinterés al engaño, tal vez, lo único que sabe es que tiembla de dolor, lo espera 5 horas para hablarle 20 minutos, y al final queda el vacío, si, ese que odia.

Empieza a pensar que se enamora de la idea del amor mas que de su amado, ama el drama las conversaciones intensas e inmesurablemente profundas. la dependencia que raya en la enfermedad, por un tiempo ese es su ideal del amor, luego paz y naturalidad para finalmente arrancar con cucharas el corazón de ambos, escupir a los hechos confundir al destino, ama cambiar el rumbo, equivocarse y arrepentirse, "se me pasara, me conozco" si, siempre se le pasa, basta una canción y  una mirada de un chico nuevo... que barata es su  idea del amor. 

"No me enamores, es fácil, ámame y serás el hombre mas valiente de mi pequeño mundo."

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