No hay un día que sea igual al anterior, no porque el sol o el viento cambien, nosotros lo hacemos cada minuto, por eso volver es errar, retomar, es como leer un libro sin la mitad de sus hojas, se torna confuso y termina doliendo, pues si, duele mucho.
Tu dirías :
- Tal vez la historia que se lea en ese libro sea mejor que la anterior.
Me dejaras vacía, no, me vaciaría yo misma, mirando el libro y rogando que la historia sea mejor, entonces ¿que pasa cuando se ha leído no dos, sino tres, cuatro, seis veces?, solo queda el prologo (pasado) y el desenlace ( que conformará una fracción del próximo prologo) deja un desazón incomodo, un vació que se expande.
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